En nuestro castellano (según el maestro Piedrahita "un idioma loable lo hable quien lo hable") existen vocablos que pueden hacernos volar la imaginación (y no me refiero a "porros", "LSD", "extasis" o "titadine") sino aquellas bellas palabras que significan lo que significan pero que podrían significar cualquier otra cosa. Quien te dice a ti que las Gramineas no podían ser hadas del bosque que cosquillean las entrepiernas de los amantes provocando en ellos un desenfreno de palmeos y nardos caballeros. Quien acusaría de herejía a nuestro idioma si la Graminea fuera una enfermedad de los cuartos traseros de origen psicosomático con afectaciones sobre hipotálamo, bazo y retina. Quien no asegura que en la verbena del pueblo no actuarán este año The Graminean. Las Gramineas podrían ser un tipo de pájaros, una variedad de uvas cultivadas en Montparnasse, las últimas guerreras amazonas de una mar sin agua más alla de Mordor e incluso la gramínea podría ser considerada como el octavo pecado capital, de aquellos que hablan sin tener nada que decir y oyen sin querer escuchar. Pero las gramineas son lo que son, una familia de hierbajos condenados al olvido mediático y portada de noticias, noticillas y chismorreos en cuanto la primavera se pone en tirantes. Las gramineas florecen y sueltan el polen. Y aquí es donde el ser humano, prepotencia en esencia pura, conocedor de la verdad, capaz de mover montañas y desintegrar nubes, ingeniero y mecánico de su propio cuerpo, cae alérgicamente fulminado bajo los efluvios polinianos de unas hierbecillas graminianas. Se nos pone la naríz como un pimiento choricero, los ojos con más lagrimones que un nudista cogiendo moras y la voz de Sabina. En estas fechas se da aquella pregunta de: "uy que mala cara!, ¿estás resfriado?"…"no, es alergia". Cabe decir que el recurso de la alergia es muy útil para torear situaciones embarazosas ("¿estas llorando?…"no, es que tengo alergia"…"pues porque te creo a pies puntillas, que si no pensaría que esas lágrimas tienen que ver con el Talgo que se te acaba de aparcar encima del dedo gordo del pie"). Originaria de estos periodos primaverales es también la expresión "recoger velas", donde el reto consiste en mantener la nariz digna mediante aspiraciones cortas y rápidas. Ergo quiero seguir soñando y creer que las Gramineas son diminutas Hadas que con sus varitas dispersan, al llegar la primavera, unos polvillos mágicos para recordarnos a los humanos que solo somos eso, humanos…luego imperfectos (eso sí unos más que otros, no hay más que salir a la calle para percatarse de ello!!).
Lectures d'estiu-V: El Futuro y sus enemigos de Daniel Innerarity (III)
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Daniel Innerarity: *El futuro y sus enemigos. Una defensa de la esperanza
política. *Barcelona, Paidós, 2009 (Col. Estado y sociedad, 165)
“Uno de los p...
Hace 13 años